// Entrevista
“En general no suelo seguir las modas y leyendas urbanas tipo hay que publicar los martes mejor que los jueves, y los hashtags que no sean más de cinco y mejor ponerlos en otro comentario… Yo hago experimentos con mis perfiles personales y luego voy sustrayendo mis propias teorías..”
LA EMPRESA: MAPI BAEZ
Un móvil, un portátil, una conexión a internet y listo. Trabajo en la nube aunque siempre cierro los tratos cara a cara. Soy de esa generación que creció sin internet y ha asumido toda esa revolución digital sin problemas. Las distancias cortas son nuestra arma secreta.
Intento trabajar con pequeñas empresas, autónomos, emprendedores y mandos intermedios. Con mi trabajo trato de buscar esos pequeños cambios en sus rutinas con los que podrán comunicar de forma efectiva lo que hacen pero sobre todo, comunicárselo a las personas correctas.
TRAYECTORIA
Trabajé mientras estudiaba Turismo en la UIB (la universidad de las Islas Baleares). Me gusta puntualizarlo porque en Baleares están las grandes empresas del sector turístico en España.
Prácticamente creamos y vendimos un estilo de explotación del turismo. En Galicia tenéis a Inditex, nosotros tenemos Globalia.
Empecé vendiendo lencería y corsetería en El Corte Inglés pero he vendido vestidos de fiesta, visones (algo que recuerdo con mucha culpabilidad, la verdad…), ropa de boutique internacional, discos, libros, televisores, de todo. Allí pedí una excedencia cuando estaban a punto de promocionarme a jefa de departamento. No me veía ahí el resto de mi vida. Conseguí curro en Travelplan y acabé hasta el moño de las novias y sus viajes de luna de miel. A lo mejor por eso es que no quiero pasar por el altar (risas)
Luego conseguí uno de los mejores trabajos que he tenido que fue el de supervisora de handling en el aeropuerto de Palma de Mallorca. Apasionante. Trabajábamos como mulas pero nos lo pasábamos genial. Éramos representantes de compañías británicas así que hablábamos toda la jornada en inglés. No teníamos tiempo de aburrirnos. Además, había un compañerismo que trascendía a las diferentes compañías. Todos nos llevábamos de maravilla (en general). La verdad que nos dio muchísima pena el día que nos anunciaron el cierre de la empresa, más allá del hecho laboral en sí. Sabíamos que un ambiente como aquel no lo volveríamos a encontrar.
Luego tuve un periplo de pequeños trabajos, buscando uno en el que volviera a disfrutar de ir a trabajar.
Vendí financiación hipotecaria y lo dejé a los pocos meses por los tejemanejes que pude ver con mis propios ojos. De ahí caí en una inmobiliaria que conocí en ese trabajo. Era la única que hacía las cosas acorde a la ley. La única. Y ellos sabían que no me gustaba aquel estilo que imperaba durante la burbuja inmobiliaria de “todo vale que lo paga el comprador”. También llevé una oficia de trabajo temporal, puesto al que renuncié al ver que no era capaz de levantar aquella oficina. Me faltaba experiencia pero aprendí muchísimo y aún guardo una relación de amistad con el que fue mi director comercial de zona.
Todo aquello que aprendí me sirvió después para otra empresa en la que disfruté muchísimo de trabajar, Forempresa (ahora ha sido comprada por Eurofirms). Vendíamos formación a medida a las empresas. A medida de verdad. Cursos tipo “Cata de tés” para un restaurante de sushi, por ejemplo. De aquella etapa recuerdo como le levanté Air Berlín a empresas del sector muy conocidas. Otro hito fue conseguir convencer a empresas de Menorca para hacer formación con una empresa que no era de la isla. Dicho así suena como insignificante pero, créeme: hablamos de una época en la que no había Mercadona en la isla porque nadie les alquilaba. Que acabaron llevándo a juicio a no recuerdo que asociación empresarial por competencia desleal… Allí no se andaban con chiquitas (risas)
De ahí ya salté a una empresa de tecnología, Winhotel, donde empezó de verdad mi fascinación por todo el rollo este de internet, la nube, pago por servicio, aplicaciones y redes sociales. En aquella etapa conocí a quien es hoy mi compañero sentimental y al final acabamos aquí, en Coruña City como la llamo yo.
Después de un tiempo me lancé con mi proyecto. Vi un vacío en este sector y allá que me tiré de cabeza.
Como todo lo que hago la verdad…
MOTIVOS POR LOS QUE ELEGIR TU EMPRESA
Yo no quiero que la gente tenga motivos para elegirme a mi antes que a otros. Si algo aprendí de tantos años vendiendo es que una venta es como ir a First Dates (risas). Ya sé que suena raro pero te lo desarrollo, déjame que te lo desarrolle…
Hay un primer encuentro que puede ser digital o presencial. En ese encuentro tiene que haber feeling.
Luego ya si eso vamos hablando y ese profesional sentirá que puede confiar en mí. Verá qué visión tengo del Social Media y comprobará que coincide con muchas cosas que ya piensa. Ahí es donde esa persona decidirá si quiere que trabajemos juntos o no.
Quienes han trabajado conmigo siempre dicen lo mismo: que tengo una gran capacidad de comunicación y que sé hacer sencillo aquello que a los demás les parece ininteligible.
¿QUÉ PUNTOS TE APORTAN VALOR?
Proyectos con alma como digo yo. Por ejemplo, cuando te conocí a ti (le habla a nuestra entrevistadora y fotógrafa Diana Fajardo) me animó mucho ver que tenías un proyecto innovador (fotos de parto) que a primera vista podía sonar rollo gore pero la forma con la que lo explicabas, las fotos que me enseñaste, el recorrido que tenías como fotógrafa periodística…
Hacía muy especial tu proyecto.
Otro proyecto podría ser el de BichOh! Se trataba de una pareja de diseñadores industriales que empezaron a hacer collares y correas para perros usando tejidos de alta calidad, casi todos provenientes del mundo náutico. Ello hacía que sus productos tuvieran una durabilidad muy buena y un precio más que razonable. Además hacían las correas a juego con cinturones para los dueños. La idea me pareció súper innovadora. Además lo hacían girar todo en torno Dora (su perra) y sus aventuras.
Tengo más ejemplos pero estos son a los que más cariño les guardo ya que fueron al principio de todo.
Me motiva mucho trabajar con proyectos que tengan una historia detrás, gente que de verdad quiere hacer las cosas de forma diferente.
¿QUÉ TE DIFERENCIA DE LA COMPETENCIA?
Mira, una de las cosas que le sorprende a todo el mundo es que no cobro por número de publicaciones.
Yo hago una estimación de las publicaciones que el cliente podría pasarme (yo maqueto y pongo bonito el contenido pero al final alguien tiene que darme algo que maquetar y poner bonito) y luego dedico tiempo a estar en las redes comentando y hablando con los perfiles que haya en la red que toque.
Evidentemente esto en Facebook no se puede hacer, más allá de comentar los comentarios que te dejen, pero en plataformas como Instagram o Twitter, ahí sí que es posible…
En general no suelo seguir las modas y leyendas urbanas tipo hay que publicar los martes mejor que los jueves, y los hashtags que no sean más de cinco y mejor ponerlos en otro comentario… Yo hago experimentos con mis perfiles personales y luego voy sustrayendo mis propias teorías. Esos estudios se suelen basar en estudios muy globales y no tienen en cuenta las características más locales. No puedo aplicar en Coruña cosas que funcionen estadísticamente en Europa.
¿QUÉ DESTACAN LOS CLIENTES DE TU EMPRESA?
Cuando les he pillado hablando de mi (risas)… No, es coña. Suelo preguntar qué les pareció y siempre dejo un mes de apoyo gratuito que en realidad es un seguimiento que hago para ver qué les parece.
Normalmente suelen destacar lo que ya te comenté antes, la comunicación, la facilidad de hacer sencillo lo difícil, mi habilidad para captar el mensaje y adecuarlo al estilo de cada empresa… ¡Soy Géminis, XXXX! (risas)
UN CONSEJO BREVE (o recomendación general).
“Zapatero a tus zapatos” Deja que cada profesional haga lo que sabe hacer. Alguna vez me ha pasado que diseño una estrategia, la explico, la pongo en práctica y luego me lo cuestionan todo.
“Si quieres que valoren tu trabajo, valora el de los demás”. Recuerdo un cliente potencial que me soltó “bueno, ahora en la cuenta sólo me queda lo justo para las tonterías de siempre; los uniformes, lo tuyo…”. Me quedé mirándolo con una de mis famosas miradas. En fin. Hay gente “pa’ tó”…
UNA ANÉCDOTA
¿Solo una…? (risas) Aparte de “La Niña Las Redes” soy también “La Niña Tó Me Pasa a Mí” (risas) A ver…
Empecé en septiembre de 2013. En marzo de 2014 me quedé embarazada, así que mucha gente me ha conocido embarazada o con las niñas encima. Recuerdo la primera vez que llevé a Emma conmigo a unas jornadas de e-commerce. Tenía 4 meses y fue maravilloso. No lloró más que para pedir de comer y yo pues nada, me sacaba la teta con discreción y la niña comía. Se tragó 8 horas seguidas de jornada.
Cuando acabamos sobre las 20.00 se me acercaron muchísimas personas, sobre todo mujeres, para ver a la niña y felicitarme por darle tanta normalidad al hecho de llevarte a tu bebé a trabajar si es posible.
Recuerdo otro momento, este ya con Noa, también debía de tener 6 o 7 meses… Fue en una feria de empleo en Santiago de Compostela. Tenía que dar unos talleres sobre el uso de Linkedin para la búsqueda de empleo y claro, yo dije que iba con ella. No me pusieron ninguna pega y de hecho hay
alguna foto ( a ver si te la puedo pasar) en la que se me ve hablando y a Noa en el foulard. La gente de nuevo flipando, felicitándome, ningún problema para sacarme el pecho y darle de comer o para
tranquilizarla… Genial. Yo ya hacía “Bescansas” antes de que los políticos se llevaran las manos a la cabeza (risas)
BREVE DESARROLLO DE UN TEMA DE INTERÉS GENERAL
¿Qué estas pagando cuando pagas a un Community Manager? Mucha gente se cree que esto va de programar y listo. Como programar, programa cualquiera pues claro ¿para qué te voy a pagar siquiera lo que me pides…?
Vamos por partes. Un CM trabaja con una serie de directrices marcadas de antemano. Estilo de comunicación, estilo visual, mensaje, tipo de contenidos, ritmo, etc. Ese trabajo normalmente te lo da ya hecho el que hace la estrategia pero lo normal es que la empresa que te contrata no tenga ninguna estrategia hecha. Le toca al CM ponerse a “estrategiar”. Eso lleva tiempo (dos meses para hacer las cosas mínimamente bien). Y reuniones.
Así que, punto nº 1: no contrates un CM de una semana para la otra. Siguiente: el CM necesita unos contenidos sobre los que trabajar. Normalmente no tenemos problema en ir a la empresa y hacer las fotos. Nos mola. Pero cuando no es posible por el tipo de empresa o porque está lejos o porque lo que sea, vas a tener que pasarle algún tipo de contenido para que el CM pueda ponerlo bonito, escribir un buen texto que atraiga y colocarle los hashtags que mejor encajen con el objetivo del contenido.
Punto nº 2: no estás pagando a un CM por programar lo que le pasas sino por hacer ese contenido lo más atractivo posible y créeme, la imagen es un alto porcentaje del éxito del contenido, pero sin un buen texto que termine la faena, tu foto será tragada por el algoritmo de turno. Un CM no solo publica.
Se comunica. Busca perfiles que encajen con tu cliente objetivo. Los sigue. Comenta sus fotos. Habla con ellos en nombre de tu marca. Construye lazos de confianza con los que afianzar la futura adquisición.
Punto nº 3: estas pagando por el tiempo del CM.
Un profesional de nuestro sector precisa estar actualizándose constantemente ya que los algoritmos cambian, las modas evolucionan y los usuarios cambian sus hábitos en las redes.
Punto nº 4: estas pagando por el uso de sus conocimientos.
Y como diría All Toguether Design… y punto.
Entrevista y fotografías: Diana Fajardo